Boletín Servicios Bibliotecarios #89 -- 25/julio/2016 -- Pequeño libro del Plagio y cómo evitarlo

 

Pequeño libro del Plagio y cómo evitarlo

Para Borges, tomar ideas y reelaborarlas era inmanente al ejercicio literario. Lúdicamente, se remontaba a ejemplos como que Homero se basó en viejas leyendas orales para redactar sus extensos poemas. Jugaba con la idea de que nada nuevo hay bajo el sol y que toda nuestra existencia está basada o inspirada en otras existencias y eso es inevitable.

El escritor y funcionario universitario (fue director de Difusión Cultural de la UNAM) Sealtiel Alatriste, siguió varios años esta filosofía de vida, la llevó al ámbito laboral, cosechó beneficios económicos y de reconocimiento y disfrutó hasta que el alud de años de plagios se le vino encima desde diversos frentes en 2012. Plagió y alentó a hacer lo mismo a reconocidas plumas, como Carlos Fuentes, Aguilar Camín y Saramago. En la misma UNAM salió a la luz hace unos años otra historia de plagio muy sonada, la del profesor Boris Berenzon, del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de dicha universidad. No citar fuentes le costó la profesión.

Robar ideas, en los ambientes académicos, es un acto que levanta pronunciadas indignaciones y candentes debates. Les sugerimos un breve trabajo que aborda el tema y ofrece algunas medidas a tomar para identificarlo y tratarlo pero, sobre todo, evitarlo.

The little book of plagiarism. What it is and how to avoid it . Disponible en:

https://www.stir.ac.uk/media/services/registry/quality/BookofPlagiarism.pdf

Con información de:

http://www.proceso.com.mx/298453/sealtiel-alatriste-cronica-de-una-caida

http://www.jornada.unam.mx/2013/08/16/sociedad/034n1soc

https://universoabierto.com/2016/05/31/el-pequeno-libro-del-plagio-que-es-y-como-evitarlo/

El papel en el tiempo

La calidad del papel de las últimas décadas ha disminuido considerablemente en comparación con el papel de hace cien años o más. Basta tomar ejemplares de los años sesenta o setenta, por ejemplo, especialmente ediciones económicas de bolsillo o de colecciones populares, para constatar cómo las hojas se quiebran al doblez, a veces como verdaderas hojas de árboles. La acidez del papel es uno de los principales responsables de este deterioro; y parece que la acidez aumenta conforme aumentan los tirajes, pues el papel antiguo pasaba por un proceso mucho más cuidado y los resultados se ven a la vuelta de años, a veces muchos años.

En un estudio llevado a cabo por la Universidad de Iowa, coordinado por Tim Barret, se analizó una muestra amplia para identificar las causas materiales y de las circunstancias del entorno para entender la mayor durabilidad del papel de los libros antiguos.

Con el auspicio del Institute of Museum and Library Services, la universidad montó un sitio en el que muestra con mayor detalle el proceso de la investigación.

Pude consultarse en: http://paper.lib.uiowa.edu/chron.php

Buscadores semánticos

Los buscadores semánticos, como su nombre lo dice, buscan proporcionar resultados significativos a partir de algoritmos de búsqueda. Para ello se apoyan en los metadatos, en las etiquetas y elementos de identificación adjuntos al objeto digital recuperado. De esta manera, el mismo no se basa sólo en una palabra identificada, sino en una cadena léxica denominada ontología, como “bibliotecas públicas en la delegación Coyoacán”. Las búsquedas semánticas compilan los metadatos de los objetos que cumplen con un perfil prestablecido y proporcionan resultados basados en algoritmos que conectan y combinan metadatos y lenguaje natural, por lo que puede arrojar resultados con mayores niveles de relevancia y datos.

Esta tecnología, pese a tener ya varios años funcionando en la web, no ha logrado establecerse como una alternativa real a las búsquedas en Google, ni en ambientes académicos o especializados ni entre el público en general. Hoy por hoy, seguimos “gugleando” prácticamente todo, lo académico y lo de ocio. Las búsquedas con perfiles acotados por tópicos, tipo de documentos, tipo de contenido, rangos geográficos, cronológicos o algún otro, son necesarios si realmente queremos resultados relevantes; sin embargo, los motores semánticos siguen en desarrollo y en proceso de perfeccionamiento.

En la siguiente liga se pueden conocer algunos buscadores semánticos. Como se puede ver, algunos de ellos ya no funcionan o necesitan más desarrollo para ser verdaderas alternativas en la web.

Siete buscadores semánticos como alternativa a Google

Boletínes anteriores


 


 

 


Chichimecas 473, col. Ajusco, c.p. 04300 México, D.F., Tel. 5618 7023
D.R. Servicios Bibliotecarios, 2013 Aviso de Privacidad

 


Siguenos en: servicios bibliotecarios