Bicilibrerías en la Cuauhtémoc
La delegación Cuauhtémoc es una de las más complejas de la ciudad. Hay quienes dicen que es el centro del centro. Aquí están las principales oficinas de las administraciones federal y local, barrios y colonias antiguos, turísticos y emblemáticos, bares, hoteles, restaurantes, parques museos y muchas otros sitios de interés de la ciudad. Con todo ello, las autoridades delegacionales aseguran que solamente se lee un libro al año por persona. Para promover la lectura entre los vecinos de esta delegación, desde hace unos meses lanzaron el programa Bicilibrerías , que consta de tres triciclos cargados de libros para intercambiar. Se supone que la lectora o el lector toma uno, lo lee, espera a que pase otra vez por su calle el triciclo y lo cambia por otro.
Arrancando los dosmiles, la misma delegación se hizo de unos camioncitos para adaptarlos como librobuses. Circularon en algunas ocasiones y, al menos uno de ellos, se quedó estacionado en la calle Mina, afuera de dicha delegación, por varios meses hasta que se lo llevó la grúa.
Los triciclos de tamales oaxaqueños en esta ciudad son ya un elemento inherente del paisaje audiovisual, lo mismo que la camioneta del fierro viejo. El triciclo de los libros tiene mucho trabajo por delante para alcanzar el estatus de los anteriores. La delegación es muy grande, está muy poblada (en esta demarcación hay más gente que en la capital de Austria) y sólo son tres triciclos. Con mayores recursos y dedicación, tal vez la delegación logre afianzar un promotor de la lectura eficaz en esta capital.
Enfermedades causadas por libros
Para muchos lectores los libros digitales son como un insulto o un sacrilegio. Toman los libros de papel entre sus manos, los inhalan, los sienten los acarician y juran que no hay nada igual en el mundo. Es conocimiento generalizado que los libros guardan polvo y humedad, lo que genera un ambiente propicio para el desarrollo de bacterias y hongos. Las malas condiciones de ventilación humedad y el mucho tiempo que los libros pueden permanecer cerrados, aumentan los riesgos de contraer alguna infección a través de sus páginas si no se cuenta con el equipo adecuado para manipularlas.
El encargado de la colección de libros de Pablo Neruda, albergada de la Universidad de Chile, comenta sobre algunas precauciones básicas que hay que tener para acercarse a estos materiales antiguos, muy preciados pero riesgosos.
Para leer las recomendaciones: http://soybibliotecario.blogspot.mx/2016/09/las-enfermedades-que-esconden-las.html?m=1
Libros difíciles de leer
En el mundo de la literatura hay libros que se han creado la fama de ser difíciles de entender. Algo similar ocurre con tratados filosóficos o con la exposición de teorías en ensayos o artículos. Leer, de por sí, es un proceso cognitivo complejo; tras la codificación de los caracteres viene la interpretación del sentido de la lectura, lo cual lleva al lector a establecer conexiones y relaciones con su propio bagaje cognitivo y con otras lecturas.
Cuando una lectura se torna compleja, tiende a aburrir, a fastidiar y a quedar inconclusa.
En el sitio hipertextual compilan tres títulos que tienen fama de ser difíciles de leer (suponemos que en el mundo anglosajón). No indican la fuente en la que se basan para afirmarlo, pero parece que esos libros por sí mismos se han forjado esa fama de inaccesibles.
Algunos autores opinan que, en materia de literatura de ficción, no vale la pena seguir leyendo algo que carece de interés o atractivo. Pero, ¿qué pasa con los libros que son difíciles de entender y que sin embargo, por motivos académicos o laborales es necesario leer comprender y procesar su información? ¿Cómo hacer accesible lo inasible?
Les dejamos esta reflexión y la lista de los libros más difíciles de leer, según el sitio antes mencionado.
http://rincondelbibliotecario.blogspot.mx/2016/10/los-libros-mas-dificiles-de-leer-y-que.html
La biblioteca de México cumple 70 años
Este mes cumplirá 70 años la Biblioteca de México, ubicada en la Plaza de la Ciudadela, en la capital del país. Para usuarios de raigambre es ocioso precisar dónde está esta biblioteca, pero muchos nuevos usuarios no distinguen entre Biblioteca México (la erigida en tiempos de Fox donde antes era la terminal de trenes de Buenavista) y Biblioteca de México, la que aquí nos ocupa y la primera que ostentó ese nombre.
Hay dos cosas que llaman la atención: la primera que, a 70 años de haber sido fundada, sigue siendo LA biblioteca pública de la ciudad, en términos generales. La segunda, que en 70 años de historia sólo ha tenido cuatro directores. El actual, Eduardo Lizalde, lleva justamente 20 años en ese puesto.
La revista que publican, del mismo nombre que la biblioteca, ya lleva 26 años en el ambiente literario y es una de las más emblemáticas de las letras mexicanas.
La biblioteca está festejando este aniversario con exposiciones y diversas actividades. Se mantiene activa en sus instalaciones y en las redes sociales. Sigue siendo quizás el principal referente entre el ciudadano de a pie que está buscando una biblioteca en esta ciudad, donde no abundan.
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